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La mujer del quinto distrito
Ficción adultos/as
París puede ser una ciudad muy sucia, poco glamurosa, mostrenca. Al menos si quien escribe es Douglas Kennedy, raro ejemplo de autor de best-sellers subversivos. De modo que el París de La mujer del quinto distrito no se parece a la ciudad de las postales, películas y novelas que imaginaba Harry, quien viene huyendo del desastre provocado por un desliz amoroso. De marido, padre de familia y reputado profesor en una universidad americana, Harry ha pasado a tener un empleo de guardián ncoturno y una habitación mugrienta en un barrio sórdido y roñoso.
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