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Virtudes mínimas para alcanzar la felicidad

No ficción adultos
Desde los albores de la humanidad se ha considerado que la clave de la vida moral reside en la práctica de la virtud. En la actualidad, nos hemos olvidado de esta tendencia e incluso parece que nos da vergüenza pronunciar la palabra virtud, como si virtuoso fuera sinónimo de mojigato, sumiso, pusilánime, santón o timorato. Sin embargo, es justamente lo contrario: la persona virtuosa afronta la vida con grandeza porque transforma hábitos y prácticas cotidianas en virtudes que la curten, la fortalecen, la hacen grande. Más información
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