Apoteosis, en Do mayor
Ermua vivió el domingo un inolvidable ‘XXIV. Día las Corales de Bizkaia’. La villa recibió con entusiasmo a los más de mil coralistas de todos los rincones de la provincia. La climatología respeto el evento, aunque hizo sufrir a más de una persona. La mañana amaneció gris y lluviosa, pero para las diez escampó; luego se abrieron claros y comenzó a lucir el sol, que en algunos momentos, resultó excesivo y sofocante. Tanto que pudimos ver estampas curiosas, como cuando la gente utilizaba los paraguas como sombrilla o se cubría la cabeza con las partituras o viseras.
La valoración general de la jornada es altamente positiva, ya que salió todo conforme al guión previsto. El ambiente fue excepcional, las calles del casco urbano y la plaza acogieron un mar de animadas voces y de visitantes. La coordinación y el dispositivo de voluntarios/as y colaboradores/as de la BAE funcionaron a la perfección. El programa de canto y actuaciones transcurrió conforme a lo previsto en tiempo y forma. La parte humana y emotiva llegó por sorpresa, con el homenaje y el reconocimiento a la labor de profesora de música y piano Mª Elena Iturriagagoitia. Una Mª Elena muy emocionada, recibió de manos del alcalde en funciones Carlos Totorika una placa del Ayuntamiento y, también recibió el obsequio de un cuadro del pintor local, Jon Idígoras.
Tras la parte oficial y musical, Ermua entregó el testigo de la organización del evento para 2008 a los presentantes de Erandio. Posteriormente, los coralistas se repartieron entre el polideportivo municipal y el frontón Arizmendi para almorzar. La comida resultó realmente de hermandad con un ambiente y camaradería excepcionales. El menú fue servido por una empresa de catering y los/as comensales quedaron satisfechos, tanto que no faltaron los sones y cánticos a los postres. Tanto la cancha del frontón como la pista multiusos del polideportivo presentaban una imagen inusual y espectacular, con tanta mesa.
Los más jóvenes dispusieron de juegos y elementos hinchables en el parque de San Pelayo, los cuales también estuvieron muy concurridos. La avalancha de visitantes llegó en una flota de autobuses, que buscaron acomodo en el parking de Izarra y en la carretera BI-3301 que une Ermua y Mallabia, a través del polígono Urtía y que presentaba también una imagen desconocido para una jornada no laboral como la del domingo.
Fotografias cedidas por Silvia Izarra, de ''Alboka'', Musika Eskola y por Roberto Tejada.
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