La reorganización del sector financiero deja tres locales vacíos en Ermua

La economía mundial está cada vez más interrelacionada; es una realidad. Las decisiones de los mercados producen efectos mucho más allá del lugar donde de toman. La transversalidad es un hecho incuestionable. Hace unos días recogíamos datos sobre la incidencia de la recesión económica sobre las familias y sus consecuencias en nuestra localidad. La ciudadanía estamos padeciendo los efectos de la crisis, no obstante, sus consecuencias alcanzan a todos y las calles de nuestra localidad dan muestra de ello. La situación económica es complicada y está difícil, sin excepciones. Las consecuencias nos están alcanzando a todos, y las entidades financieras, aseguradoras y análogas no son una excepción.

En las últimas semanas hemos visto como en Ermua han quedado vacíos y sin actividad tres locales, con motivo de la reorganización empresarial y/o fusiones producidas en el sector. En el mes de abril Seguros Lagun-Aro cerró la oficina que tenía en los bajos del edificio de Diputación 14, integrando esa rama o especialidad en la antigua sede de la Caja Laboral Euskadiko Kutxa, de Sexto Centenario de la Villa. Sucursal que luce ahora la nueva marca Laboral Kutxa, tras la integración de la cooperativa Ipar Kutxa. Operación que ha tenido como consecuencia en Ermua, el cierre de la oficina que estos últimos tenían en la calle Probaleku.

Otro caso similar es el de la Gipuzkoako Kutxa (GK) que tenía oficina abierta en la Avenida de Bizkaia, 8-bajo, hasta el pasado día 30 de abril. Jornada en la que cerró sus puertas y vacío el local que tenía en alquiler. Los/as clientes/as recibieron una carta en sus domicilios en la que se les informaba del cierre y se les indicaba en dónde serán atendidos/as. Racionalización motivada por la fusión de la entidad en la nueva enseña Kutxabank (BBK+GK+Vital), que cuenta con dos oficinas abiertas en nuestra localidad, además de un tercer local con servicio de cajeros automáticos.