‘Vivir para cantarlo’ de Víctor Manuel, un éxito de concierto
El primer concierto programado para la reapertura del Ermua Antzokia cumplió con todas las expectativas. Víctor Manuel llenó la noche Ermua y brilló tanto como la cúpula del propio teatro. El asturiano se llevó de calle al público que llenó la sala, muchos/as de ellos/as incondicionales. El cantautor se sintió a gusto por venir a Ermua a cantar, a un recinto con historia y características propias y ello se notó a lo largo de las más de dos horas de concierto. El público le demostró su cariño y su respeto, y el cantante lo correspondió con su entrega y con un espectáculo cercano y con guiños de complicidad. Víctor ha venido a Ermua a través de la distribuidora ‘Pentación Espectáculos’ y su responsable, Jesús F. Cimarro estaba entre el público. Al término de la actuación, la sala puesta en pie le despidió con aplausos y vítores. Bajó al patio de butacas y muchas personas se acercaron para felicitarle y fotografiarse junto a él.
Lleva media vida sobre el escenario, y se nota. Tiene tablas, sabe lo que hace. En ''Vivir para Cantarlo'', título de esta recopilación de canciones, el cantautor asturiano mostró su cara más íntima y personal. Víctor Manuel en más de dos horas de concierto, desgranó toda su vida en forma de canciones para su público más fiel, pero también está dispuesto a arrastrar a nuevas generaciones.
Un espectáculo sorprendente. Muy escénico, donde tanto tiempo como cantando se lo pasa hablando, haciendo una especie de monólogo que da sentido y contextualiza el hilado de las canciones a ejecutar, donde no faltaron pinceladas de humor sibilino. Contó su andadura en la música mezclando el texto y las canciones de manera totalmente natural, pausada e inquietante. Se movió sobre el escenario mucho más de lo que nos tiene acostumbrados y cantó desnudo de banda, acompañado sólo con piano y guitarra. Eso sí, con dos acompañamientos impecables. El de su hijo David San José al piano, y una brillante ejecución de Ovidio López, acariciando delicadamente sus tres guitarras. En la selección de piezas de la noche, pudimos escuchar Asturias, La Madre, el Abuelo Víctor, A donde irán los besos, El club de la Mujeres Muertas, La Planta 14, Canción para Pilar, Donde caben dos. Entre las evocaciones y recuerdos nos ofreció ‘Soy España’, un pasodoble bufo, cargado de ironía y de crítica social.
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