Una expresión inclusiva y acorde con la realidad para avanzar en igualdad
El ser humano es una especie de primate perteneciente a la familia de los homínidos. Los seres humanos posemos capacidades mentales que nos permiten inventar, aprender y utilizar estructuras lingüísticas complejas para comunicarnos. Las personas somos animales sociales capaces de concebir, transmitir, aprender y comunicar conceptos concretos y abstractos. Nuestra lengua es reflejo y expresión de nuestros valores y pensamientos. Con el lenguaje representamos la realidad que nos rodea y también aspectos y conceptos del mundo que vivimos. De ahí la importancia de utilizarlo de modo respetuoso y equitativo con todas las personas que constituimos la sociedad.
Existen usos sexistas del lenguaje en la expresión oral y escrita (en las conversaciones informales y en los documentos oficiales) que transmiten y refuerzan la desigualdad, las relaciones asimétricas que se dan entre mujeres y hombres. En sí mismo, el lenguaje no es sexista ni racista, pero el sexismo lingüístico es una realidad. Puede ser grosero o muy sutil, pero tenemos vía para enmendarlo o corregirlo. Lo primero es conocerlo; detectarlo y, después, habituarnos a utilizar formas inclusivas, no discriminatorias para nadie.
“El pensamiento se modela gracias a la palabra y sólo existe lo que tiene nombre”
Ese es el objetivo que persigue el Departamento municipal de Igualdad de Oportunidades con el calendario que ha publicado para este año 2016. El almanaque de sobremesa recoge los 12 meses del año y en cada uno nos muestra expresiones y usos extendidos que son mejorables y que podemos cambiar poniendo un poco de interés por nuestra parte. Hay ejemplos de un uso no inclusivo o igualitario tanto el castellano como en euskera y propuestas para superarlos. Han editado 400 ejemplares que se repartirán a los colectivos y asociaciones locales.
En su presentación y tras la frase “No se olvide que el pensamiento se modela gracias a la palabra, y que sólo existe lo que tiene nombre” de Mª Ángeles Calero se dice lo siguiente: “Te habrán enseñado que es correcto utilizar el masculino de forma genérica para referirte tanto a los hombres como a las mujeres, pero esa es una práctica que oculta a las mujeres y refuerza el sexismo. Afortunadamente, hay palabras para nombrarlo todo y la lengua evoluciona, puede cambiar. Hemos seleccionado varios ejemplos que te ayudarán a resolver algunas dudas cotidianas para cambiar tu forma de hablar y escribir. Al principio te costará, como todo cambio, pero conseguirás limpiar de sexismo tu lenguaje, fijar los hábitos para nombrar la realidad tal como es, porque lo que bien se dice, bien se entiende”.
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