La fiesta de la roja se vivió intensamente en San Pelayo

España volvió a vivir ayer un día histórico en materia deportiva. La selección consiguió el título de Campeón del Mundo, en una intensa final y por mérito propio. Ese partido despertó gran interés a lo largo y ancho de toda la geografía nacional. Nuestro municipio no fue ajeno a esa cita y animó como el/a mejor jugador/a número “doce”. La fiesta del deporte rey por excelencia llegó hasta nuestra localidad. Más de mil quinientas personas según estimaciones de la Policía Municipal se reunieron para seguir las incidencias del choque de forma colectiva.

Entre ellas había de personas de todas las edades y condición, ataviados/as con elásticas rojas en muchos casos, tanto con camisetas oficiales como con otras improvisadas para la ocasión. Algunos/as de ellos llevaron butacas, tresillos y sillas para seguir cómodamente el encuentro. Asimismo, se pudieron ver banderas nacionales, gorros y bufandas de la selección. Hubo bombos, bocinas y vuvuzelas. Los niños/as y jóvenes fueron de las personas más desinhibidas y que trataron el apoyo a la selección de forma más natural y sin complejo ninguno. Estos/as portaban pegatinas pintadas por ellos/as mismos/as, lucían en sus carrillos los colores de la enseña nacional y habían hecho suyo el slogan de la cadena de televisión que tenía los derechos de retransmisión: ’Podemos’. Tele5 incluso desplazo una unidad y grabó imágenes de cómo se vivió la retransmisión en la Villa. Tras 120 minutos de juego, se consumó la victoria con el gol de Iniesta y las personas congregadas en la plaza saltaron al unísono de alegría. Tras la ceremonia de entrega de trofeos, la masa se retiró de San Pelayo unos/as a descansar con una sonrisa en la boca, pensando en la jornada laboral de hoy y, otras/otros a celebrarlo.

Se lanzaron cohetes, se escucharon cánticos de campeones y el sonido del claxon de vehículos. No se registró ningún incidente y tanto el desarrollo del partido como la celebración se vivió con absoluta normalidad. Las personas más fervientes del combinado nacional mostraron su alegría y alborozo en la calle y siguieron la fiesta hasta la madrugada.