A la edad de quince años, Lucia Osborne-Crowley tenía un espléndido futuro como gimnasta. Formaba parte del equipo nacional australiano, y estaba en camino de convertirse en competidora olímpica. Pero una noche, en Sídney, sufrío una brutal violación que la dejó gravemente enferma, y cuyas secuelas físicas y psicológicas arrastró durante mucho tiempo. Aunque pudo reconducir su carrera hacia el periodismo y la investigación, había una historia que nunca se atrevía a afrontar: la suya propia, la que reprimió a causa del miedo, el dolor y la vergüenza.
Hileko nobedadeak


Aún no ha amanecido sobre los húmedos tejados de Glasgow cuando la policía recibe una llamada anónima: han asesinado violentamente a un joven en la décimocuarta planta de un edificio en obras. En el pecho, le han grabado a cuchillo la palabra «ADIÓS». Ese truculento asesinato golpea íntimamente a un conocido y poderoso mafioso, Jake Scobie, y, sobre todo, a su caprichosa hija, Elaine. El agente Harry McCoy, que aún no se ha incorporado al trabajo después de la terapia a la que le abocó su anterior caso, tendrá que encargarse de la investigación.

En su libro más personal hasta la fecha, Daniel Pennac recuerda de la manera más emotiva y original a su hermano fallecido: a través de la figura de Bartleby, el célebre escribiente de Herman Melville. Así, Pennac amplía las costuras de la literatura de duelo y se sirve de su amor por las letras para crear unas memorias preciosas. Informazio gehiago

No es fácil tratar con Marcela Pieldelobo. Nacida en Biescas, un pequeño pueblo del Pirineo aragonés, es desde hace una década inspectora del Cuerpo Nacional de Policía en Pamplona. Una mujer excesiva en sus costumbres y afectos, y también en el original tatuaje que se enrosca en su cuerpo y que apenas nadie conoce. Está convencida de que las órdenes son susceptibles de interpretación, que hay cosas que es necesario guardarse para uno mismo y que las puertas cerradas pueden dejar de estarlo si se sabe cómo abrirlas. Aunque no tengas una orden judicial.

A finales de 2008, con 27 años, a Raquel le diagnosticaron un cáncer en la sangre. Lo que comenzó siendo un dolor de espalda terminó convertido en un proceso largo y penoso de hospitales, operaciones, informes y medicamentos que culminó en una lenta recuperación. Durante meses, arrastrada por una maquinaria médica que le impedía tomar decisiones, no tuvo la necesidad de escribir sobre su experiencia. Ni siquiera podía reivindicar como suyo aquel cuerpo enfermo cuyo gobierno estaba en mano de otros.

Martina acaba de llegar a Treviu, un pequeño pueblo de montaña donde ha veraneado toda la vida. Necesita huir de Barcelona y allí, rodeada de recuerdos de su niñez, se siente segura. Una vez instalada, se entera de que alguien ha profanado tres tumbas del cementerio viejo, una de ellas pertenece a una chica de identidad desconocida que falleció hace más de treinta años en el puente del Malpàs y que todo el mundo recuerda como «la chica del vestido azul». Todo indica que se suicidó, pero su muerte siempre ha sido un misterio.

La novela arranca en un café vienés: "A mi mesa está sentado un ruso que fue pianista en su juventud, una celebridad olvidada." Ahora el pianista, de nombre Suvorin, es un anciano desaliñado, y el escritor que cuenta su historia mantiene con él una sucesión de encuentros en los que lo incita a evocar su vida, a sacar a la luz sus recuerdos, antes de que el esquivo músico se desvanezca como un fantasma.

Faye lleva una nueva vida en un pueblo de Italia. Su compañía Revenge va viento en popa y su exmarido está en la cárcel. Pero justo cuando piensa que todo ha vuelto a la normalidad, su pequeña burbuja de felicidad se ve de nuevo amenazada al descubrir que alguien intenta arruinar el sueño por el que tanto ha luchado. Los fantasmas del pasado todavía parecen estar muy cerca y dispuestos a arrebatarle todo lo que es suyo.

La épica revuelta del pueblo de Castilla contra el abuso de poder de Carlos V culminó en la batalla de Villalar, el 23 de abril de 1521. Las tropas imperiales arrollaron a las de las Comunidades de Castilla y decapitaron a sus principales capitanes: Padilla, Bravo y Maldonado. Aquella jornada marcó el declive definitivo de un próspero reino que se extendía a lo largo de tres continentes y cuya disolución dio lugar a un nuevo Imperio que se sirvió de sus gentes y sus recursos.