Entre Dios y la pelota

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Helduentzako ez fikzioa

Suena la campana de la cercana iglesia. Son las doce del mediodía. Se detiene el partido. Una bella melodía suena en la plaza del pueblo, que se convierte en espacio divino. Los cientos de espectadores se descubren, permanecen en pie, inmóviles. También los pelotaris, entre los que destaca la negra silueta del cura en medio del blanco inmaculado. Negro sobre blanco. Rebeldes con causa. La Iglesia y la Pelota, un binomio apasionante.Informazio gehiago

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