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Las tres Marías

Helduentzako fikzioa
Salir, salíamos a diario, incluso durante el invierno que siguió a mi viudedad y la lluviosa primavera que le sucedió. Gorri confiaba a pie juntillas en lo saludable que era salir, caminar y, de paso, relacionarnos, ver gente, aunque prácticamente todos los días teníamos alguna visita en casa. Eso sí, cada vez que llovía había que aguantar sus quejas. Luego dirán que con la edad se va apagando, debilitando, la pasión. Informazio gehiago
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